Nunca pensé que me alegraría tanto llegar a un final.
Buscar el comienzo fue una ardua tarea pero finalizarla lo ha sido más ¡Vaya que sí!
Quería terminar y comenzar el año con un proyecto que me apeteciese mucho tejer. Además, iba a pasar una temporada fuera de casa y necesitaba llevarme una labor.
Así lo hice. Un Scabiosa.
A principios de otoño, Marisa de al-abrigo organizó un kal para tejer su chal. Tardé bastante en elegir la lana. Sólo tenía claro que quería una lana fina. Cuando por fin la encontré me emocioné tanto que sólo compré lana para medio chal. Así que de vuelta a la tienda (Derecho y Revés) a comprar otra madeja. Malabrigo lace velvet grapes.
Pensaba estrenarme con las agujas circulares pero tejer era una tortura. Sigo sin cogerles el tranquillo. En las agujas “de toda la vida” han cabido casi 400 puntos. Sin problemas.
Más vale malo conocido…
He aprendido que una labor no está finalizada hasta después de bloquearla (darle forma). Me atrevería a decir que me ha costado más bloquearla que tejerla. Pero ya está hecho.
Y ahora sí, sin más preámbulos, mi Scabiosa gallego 
Fijaos en las flores. He tenido que pintarlas a juego con el chal… ¡Es broma!
Basta de cháchara. Aquí está mi Scabiosa.
Marisa, ha sido un auténtico placer
